A veces los héroes están a una llamada de
distancia, y solo es cuestión de marcar unos números en el teléfono para
escucharlos. No crees que contestarán, y contestan. A veces.
Fue así de simple como conocimos a Federico
López, Habichuela, el tipo que produjo los mejores discos del rock en Medellín.
No sé dónde quedó el papelito con el número
telefónico, que conseguimos de rebote escuchando una conversación ajena. Lo
llamamos sin esperanza, le pedimos una cita sin fe en que asistiría, y asistió.
En aquella hora y media, una mañana de 2009
en un café del centro comercial Monterrey, Federico nos enseñó más de
producción musical que todos los tutoriales de Youtube.
Queríamos que nos escuchara, que produjera
nuestro disco imaginario. Antes de eso nos dio una cátedra frente a las cosas
que cualquier banda debe tener lista antes de meterse a grabar.
Las recomendaciones que nos dio son tan lógicas
y simples que casi siempre las pasamos por alto. No las vemos o no las sentimos
tan importantes. Pero vaya si lo son.
Federico anotaba en unas hojitas azules todo lo
que nos decía, y lo único que nos pidió fue que le enviáramos fotos de aquellos
garabatos.
Fue generoso, fue directo y fue claro. Nos
dijo que cuando tuviéramos resueltos todos los puntos que nos había escrito lo
volviéramos a llamar. Nunca lo hicimos. Naufragamos en esa sutil distancia que
separa a una banda amateur de una profesional.
Mil años después recuerdo esa mañana, la
charla franca de Federico, y consigno por aquí los consejos para la
banda que le sirva.
Uno
Partamos de la
pertinencia actual de grabar todo un álbum. ¿Justifica grabar diez o doce temas
para que solo suenen uno o dos? En el mundo actual resultan más valiosas las canciones
que los álbumes. Es decir, la gente en este momento tiende a escuchar singles
más que álbumes completos.
Dos
La Teoría de las Cuatro patas o Cómo
hacer para que la mesa no se caiga.
Imaginemos una mesa
cuatro patas. Pues esa mesa es un producto musical. Una de las patas es la producción, otra es la difusión,
otra es la distribución y otra el sostenimiento financiero.
Para que la mesa se mantenga en pie se necesitan las cuatro patas firmes. Uno de los problemas más
comunes en la escena de Medellín es que las bandas gastan mucho en producción,
algo en difusión, muy poco en distribución, y al final el sostenimiento
financiero es casi nulo. O sea, la mesa va al suelo. Crash.
Resulta más valioso
ahora no gastar tanto en producción y cuidar más la difusión y la distribución
–aprovechando la internet, por ejemplo– para que la sostenibilidad financiera
sea posible. Es decir, para que la mesa
siga en pie.
Tres
“The audience is on the stage”. Antes, las bandas movían a sus
seguidores, les “imponían” lo que quisieran; ahora el mando es de los
seguidores. Han subido al escenario y tienen decisión sobre los músicos. Por
ello, uno tiene que cuidar su público, consentirlo. Definir cuál es su
población, qué es lo que ellos esperan de uno, es un paso importante para precisar
el concepto de la banda e, incluso, el tipo de sonido. Es un nuevo poder: que
los seguidores puedan escoger, por ejemplo, las canciones a grabar, que ellos
opinen, que estén más cercanos a la banda y tengan decisión. Conseguir un
seguidor fiel es más importante que 400 infieles.
Cuatro
De ahí que una de las
tareas urgentes para el caso concreto de bandas como Áluna es saber cuál es su población.
Se sabe que hay un grupo de chicos –sobre todo en Castilla– que los sigue. Ahora
la banda debe crear una base de datos, mantenerlos al tanto, darles lo que
ellos quieren sin que eso viole la forma de hacer música ni el concepto del
grupo.
Cinco
Y ya que hablamos de
concepto, es otra cosa a definir claramente. Enumerar, por ejemplo, los valores
que debe tener una canción de Áluna, que vayan de acuerdo con los valores que los seguidores esperan de estas canciones. Esa es una discusión que se debe dar. Para
ejemplificar el asunto digamos que uno de los valores es que se pueda
guitarrear, que sea clara; otra es que experimente, que no sea tan común, que
proponga otras salidas no convencionales. Y podemos seguir pensando más.
Definir de todo ello tres valores primordiales y velar porque cada canción
cumpla con eso.
Seis
Recordemos la primera
idea: la gente pide canciones más que álbumes. Así, hay que aprender a producir
cada vez más canciones, con más calidad, en menos tiempo. Es estar continuamente
entregándole al público algo nuevo. Y que sea bueno, que cumpla con los valores.
Eso es eficiencia.
Siete
El público, ahora, es
también una especie de productor, en la medida en que logra tener decisión
sobre lo que produces. Ambos –es decir el productor convencional y el público
productor– son guías para, también, llegar a la eficiencia.
Ocho
Hay que grabarse. Ni
siquiera grabarse muy bien, pero con cierta claridad. Aprovechar los propios
recursos. Grabar los conciertos, grabar los ensayos. La gente ya no anda
esperando superproducciones: una grabación casera puede demostrar la clase de
banda que tienes. Lo que importa es que la canción sea buena, más que el
empaque que la recubra.
Nueve
Tareas:
-
Definir los valores.
-
Resolver la grabación.
-
Plantear la actuación en vivo (cada vez más
importante).
-
Orientación.
Hasta
ahí. Eso fue lo que nos dijo y en parte lo que no cumplimos. Quedamos con una
deuda pendiente y el agradecimiento eterno al héroe que una mañana se sentó a
nuestro lado.