Juan cantaba tan bien que hasta cuando cantaba mal, cantaba bien, ¿me entienden? Él odiaba esta canción, la odiaba de verdad. Y odiaba Desnudo y casi todas las que no entendiera. Las cantaba con desgano, entorpeciéndolas un poco, y aun así las versiones que grabamos con él siguen siendo las más limpias.
Creo que Juan estaba
equivocado. Un instante de felicidad es nuestra mejor canción. Podemos tener
otras más rápidas, más virtuosas en la técnica, mejor grabadas, pero Un
instante tiene un balance de altos y bajos que no tiene ninguna otra; tiene
densidad y calma; tiene soul.
Creo que la compusimos
después de Desnudo, o al tiempo. Ahora que lo pienso ese pudo ser nuestro mejor
momento creativo. La grabamos tres veces (una con Juan, otra con Andrés y la
última con Fernando) hasta alcanzar el sonido que más o menos se pareciera a lo
que queríamos. Sobre todo al final con la descarga de guitarras. Me gusta mucho
la intención de la letra: un momento donde todo está bien, tranquilo. Siempre
la imaginé como una fotografía de un par de chicos en la hierba.
Salía mal en los
conciertos, excepto en Combustiones donde la música representaba bien lo que
decía el monólogo, aquello de “Yo recuerdo que a Marta, en esos momentos
poscoito donde la vida es una maravilla, le decía: aquí comienza –y aquí
termina– mi mundo: te amo”. Esas cosas.
Es una canción que
quiero, en fin. No voy a poner el video aquí todavía porque esa es otra historia,
posiblemente triste. Solo sé que me desperté pensando en estas cosas y ajá,
quise decirlas. Quise mostrar las tres versiones para que vieran cómo cambian
las canciones sin dejar de ser iguales, aunque la plataforma Blogger no me lo permitió. Pero sobre todo quise decir esto, cojones: Un instante
de felicidad es nuestra mejor canción.
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