Al fondo del bar estaba Caballero con una copa de aguardiente en la mano. De no ser por ella y por La Mona, que atendía en la barra, todo El Guanábano hubiese estado vacío. Qué te pasa, Caballero, le pregunté al verla tan silenciosa. Es la ciudad, me dijo, no creí que fuera afectarme tanto lo que está pasando, pero tengo miedo. Me duele pensar que pueda morir porque a algún pendejito armado le dio la gana, o que mi muerte sea como una especie de daño colateral de la guerra.
Caballero hablaba en serio. Estaba triste. Hay personas a las que un pasquín intimidatorio puede afectarlas profundamente. Sembrar el miedo no es difícil en un país acostumbrado a la violencia.
Salí del bar pensando en ella, pensando en el temor de muchos; en mi mamá que últimamente anda llamando todo el tiempo para saber dónde estoy; en los taxistas que hablan de muertos y balaceras; en Castilla que ha estado caliente en estos días; en el chico muerto a balazos en la universidad; en las hipótesis de los políticos; en el optimismo de los coroneles; en la relación que todo esto –muerte, intimidación, miedo- puede tener con la tal asamblea (fiesta) del BID. Y pensé en esta canción, Fiesta en el temor, que lamentablemente logra ser banda sonora para la Medellín de estos días.
La hace El Pez, uno de esos grupos de rock ya desaparecidos y que, al lado de Bajotierra y Los Árboles, fue particularmente creativo. Hace parte de Disco3, un álbum que se quedó inédito pero del cual pueden escuchar varios cortes en Last.fm o en el Facebook de la banda. Puede que la melodía sea alegre, pero lo que dice es bastante triste: la confirmación de que hay quienes celebran y se hacen ricos con el hambre y el miedo de otros. “Eso no lo dicen en la televisión”.
Caballero hablaba en serio. Estaba triste. Hay personas a las que un pasquín intimidatorio puede afectarlas profundamente. Sembrar el miedo no es difícil en un país acostumbrado a la violencia.
Salí del bar pensando en ella, pensando en el temor de muchos; en mi mamá que últimamente anda llamando todo el tiempo para saber dónde estoy; en los taxistas que hablan de muertos y balaceras; en Castilla que ha estado caliente en estos días; en el chico muerto a balazos en la universidad; en las hipótesis de los políticos; en el optimismo de los coroneles; en la relación que todo esto –muerte, intimidación, miedo- puede tener con la tal asamblea (fiesta) del BID. Y pensé en esta canción, Fiesta en el temor, que lamentablemente logra ser banda sonora para la Medellín de estos días.
La hace El Pez, uno de esos grupos de rock ya desaparecidos y que, al lado de Bajotierra y Los Árboles, fue particularmente creativo. Hace parte de Disco3, un álbum que se quedó inédito pero del cual pueden escuchar varios cortes en Last.fm o en el Facebook de la banda. Puede que la melodía sea alegre, pero lo que dice es bastante triste: la confirmación de que hay quienes celebran y se hacen ricos con el hambre y el miedo de otros. “Eso no lo dicen en la televisión”.
1 comentario:
Y sí. Aquí con cara baile y con sello muerte. Así es la suerte en Medellín.
¿Cómo así que Caballero es una dama?
Y exijo un link a la canción...
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