Mi problema con los llamados cantautores (por lo menos los de Medellín) es que de entrada me dan pereza. Ir a un show de cualquiera de ellos es, de alguna forma, como asistir a un recitalito años 70 donde todos parecen emular a Víctor Jara o a Facundo Cabral o a Silvio Rodríguez. Han pasado más de treinta años y las canciones siguen sonando igual, no nos digamos mentiras. Se quedaron cantándole a la lucha proletaria, al amor “que se viste de verano” con mucho de Ana y Jaime y poco de Pablus Gallinazus.
Lo curioso es que casi siempre son buenos músicos, de una voz trabajada y buenas guitarras. Pero ese estilito anquilosado en la revolución del 68 ya huele a naftalina. Y vaya si da sueño.
Por fortuna hay excepciones, como Alejo García, que suena fresco y vital, o como este señor Pala, que aún con sus versos rimados logra componer canciones emotivas y actuales. Y una de ellas, Rubia como la Monroe, es la elegida de la semana.
“Hey, vamos a ver qué tal nos ha tratado el día. Vos a punto de arder y yo con mi melancolía”, dice para empezar, con cierta sensualidad en la voz, casi como un reto. Al rato, entra a un coro alegre, que contrasta con el inicio. Pero lo que más me gusta de la canción es su final, cuando cierta chica recita un fragmento del Discurso de Eva, poema de Carilda Oliver (que de paso vale la pena que lean).
En fin, Rubia como la Monroe demuestra que no todos los cantautores de Medellín son como para quedarse dormido. Y la pueden encontrar en www.myspace.com/amnesialand
Lo curioso es que casi siempre son buenos músicos, de una voz trabajada y buenas guitarras. Pero ese estilito anquilosado en la revolución del 68 ya huele a naftalina. Y vaya si da sueño.
Por fortuna hay excepciones, como Alejo García, que suena fresco y vital, o como este señor Pala, que aún con sus versos rimados logra componer canciones emotivas y actuales. Y una de ellas, Rubia como la Monroe, es la elegida de la semana.
“Hey, vamos a ver qué tal nos ha tratado el día. Vos a punto de arder y yo con mi melancolía”, dice para empezar, con cierta sensualidad en la voz, casi como un reto. Al rato, entra a un coro alegre, que contrasta con el inicio. Pero lo que más me gusta de la canción es su final, cuando cierta chica recita un fragmento del Discurso de Eva, poema de Carilda Oliver (que de paso vale la pena que lean).
En fin, Rubia como la Monroe demuestra que no todos los cantautores de Medellín son como para quedarse dormido. Y la pueden encontrar en www.myspace.com/amnesialand
No hay comentarios:
Publicar un comentario