Cierta vez, en que le preguntaron por qué publicaba sus cuentos y poemas, Borges respondió: “Para dejar de editar”.
De alguna forma pasa lo mismo con las canciones.
¿Por qué las grabamos, las volvemos un disco y las repartimos por ahí? Porque de otro modo cada ensayo sería repetido, sobre los mismos sonidos, buscando acordes, nuevas versiones, pero siempre, siempre, las mismas canciones. Y eso termina por cansar.
No se edita una canción para promocionar el grupo, no se edita como un camino hacia la fama; se edita para que aquellos fantasmas dejen de pesar, para que tomen vida y se vayan de uno; para darle paso a nuevas canciones, claro, otros poemas, nuevos delirios...
Al final de su carrera, si algo odiaba Kurt Cobain era tocar otra vez más Smells like teens spirit. Es comprensible. Ese hijo ya no era suyo, ya había llegado a la mayoría de edad y era justo que marchara de casa.
Por cosas así se graban las canciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario