Cuando comencé con este blog, lo hice bajo la idea de estarle contando a los tres o cuatro seguidores de la banda las cosas que fueran pasando con nosotros: conciertos anónimos e importantes, ensayos de los que nacían nuevas canciones, sesiones de fotos si era el caso. Sólo que nada o casi nada de eso pasó. Hubo conciertos, sí; ensayos, desde luego; fotos, algunas, y un montón de sucesos más, pero tan espaciados, tan perdidos en el calendario, que me fui sintiendo sin qué contar, sin anuncios de valor ni conciertos programados. Sobre todo en el último año y medio, en que por largas temporadas dejamos de ensayar y en que algunos músicos se fueron y volvieron y una vez más marcharon.
Al final de todo esto, tuvimos que despedirnos de Juan y Juan Miguel, y darle la bienvenida a Boris y Cristian. Así son las cosas: la gente viene, se va. La vida es como un río.
Lo bueno de todo esto es que con cada renovación suben las defensas, otros estilos llenan el espectro musical y los ensayos se oxigenan.
Así que aquí estamos otra vez, como al principio. Pero es que en ciertas cosas vale más el camino que la llegada.
Sólo nos resta esperar que ustedes, la razón de todo esto, sigan ahí.
Nosotros, créanos, estamos de vuelta. Y, en esa medida, este blog.
Lo que venga, ya veremos. Hay fuego en el 23.