miércoles, 12 de mayo de 2010

B side: Tránsfugas (Volcánica)


La verdad es que nuestro rock carece de buenas letras. Hay excepciones, desde luego. Pienso, por ejemplo, en Bajotierra, en Parlantes, en Frankie ha muerto, en Kranken… Pero en general el balance no es muy prometedor. Porque luego pienso en el neo punk, en grupos como Tres de Corazón cantándole a la noviecita perdida, pienso en el reggae y sus temas de siempre (¿no habrá otra forma de alzar las voces por la libertad, la legalización y la nueva Babylon?), pienso en el pop también llorón y hasta en el hip hop, que si bien tiene letras logradas, sinceras, otras son el ejemplo rimado de cómo escribir un lugar común. Y hasta pienso en Juanes, sí, que cada vez es más elemental y de imágenes tan poéticas como “tu piel tiene el color de un rojo atardecer” (¿será que la pobre muchacha a la que le dedica esta canción se insoló en un paseo a Cartagena?). En fin. Supongo que al grueso de los grupos les preocupa más el ritmo –que la gente baile- que el contenido.

Por eso, cuando de vez en cuando escucho una canción de buena letra, ese niño que todos tenemos dentro celebra y lanza juegos pirotécnicos. Algo así me pasó cuando escuché Tránsfugas, de Volcánica: una historia de amor, es posible, pero más allá de eso una historia que habla de romper barreras, “el vértigo de caer, de estar juntos y no arrepentirnos”. Una canción que siempre me recuerda una de esas frases lapidarias que Youcenar le escribió a su querido André Fraigneua: “Existe entre nosotros algo mejor que un amor: una complicidad”. Sí, es eso: “Mi bella cómplice, nunca nos tembló la mano jalando el gatillo, y ahora que todos nos buscan disfrutemos un poco más la gloria de la impunidad”. Una especie de banda sonora para una película de cine negro o de Wong Kar-wai, la maravillosa tentación de lanzarse con furia al vacío.

Así que ahí se las dejo, para escucharla una y otra vez, sobre todo en los momentos en que sientan ganas de salir corriendo bajo lluvia para robarse el amor de la mujer de su mejor amigo.