jueves, 25 de septiembre de 2008

B side: Pilotoautomatico (Ciegossordomudos)

Era lógico que con un aumento de las producciones cinematográficas en Colombia aumentaran a su vez las bandas sonoras, hasta el punto de ganar cierto protagonismo, como en el caso de La Milagrosa (que es una mala película con un par de canciones buenas). Como sea, el acto de producir música para cine o de aprovechar canciones ya grabadas para la banda sonora, cada vez se abre un paso más grande en país. De ello pueden quedar cosas muy buenas: no solo porque propicien más producciones de bandas locales sino por el ejercicio de componer pensando en la historia de la película, en su clima y en su ritmo. Y no sé si la siguiente sea una canción hecha para la cinta o puesta después, pero como sea se fusionó perfectamente con ella. Tanto porque se ajusta a su ritmo (acelerado, lento, acelerado) como porque la letra define muy bien lo que vemos en la pantalla. Hablo de Pilotoautomatico, de Ciegossordomudos, la canción principal de El Colombian Dream, de Felipe Aljuere. Una canción frenética, dulce y amarga, como la historia de esos muchachitos enfebrecidos de drogas y plata. Lo mejor es que, en este caso, la película también es buena.
Así que ya saben: www.myspace.com/ciegossordomudos

martes, 9 de septiembre de 2008

Cuestión de ingenio

Jota me lo dijo alguna vez: “Los grupos son como las parejas, mi hermano, y como tal tienen sus ciclos”. Como Jota estaba borracho y trabado al mismo tiempo, no supe si lo que decía era en serio o un chistecito de la yerba y la ebriedad.

Con el tiempo me he dado cuenta que era en serio. Muy en serio.
Las parejas se conocen, las parejas se cortejan, las parejas se enamoran, las parejas se encoñan, las parejas se aburren, las parejas se desencoñan, las parejas se separan… A veces, las parejas se casan y logran negociar con el amor y tener una vida soportable, incluso digna. A veces no resulta así. A veces las parejas se odian. A veces las parejas siguen juntas mientras se odian. A veces las parejas prefieren llamar al abogado.

Los grupos son parejas de tres, de cuatro, de cinco o de veinte. Como sea. Parejas que incluso llegan a casarse y tener muchos disquitos. O parejas que después de un par de polvos se mandan a la mierda. Hay de todo. Pero lo cierto es que siempre pasan cosas. Lo cierto es que el amor eterno es un eufemismo de Jorge Isaacs. Lo cierto es que, aún así, hay salidas.

No sé si existan sicólogos para grupos de rock. Sonaría cursi. Tampoco creo en los sicólogos, pero creo en el ingenio. Como lo dijo cierta escritora francesa: “El amor es una pieza de teatro en que los actos son muy cortos y los entreactos muy largos. ¿Cómo llenar los intermedios sino mediante el ingenio?”. Y no sé a dónde quiero llegar con todo esto, quizás solo a decir que, como en todas las parejas, los grupos tienen sus momentos de dicha, de tedio o de lejanía. Para todos ellos es el ingenio –otros podrían llamarlo “el amor al arte”- la mejor manera de sobrellevar todo lo que venga.

viernes, 5 de septiembre de 2008

B side: El Caminante (Sicotrópico)

Es la misma canción, solo que desnuda. Sin las vibrantes trompetas ni el melodioso piano de la original. Sin ese timbre del gran Joe ni ese ritmo acelerado. Pero aún así es una buena versión: distinta, lenta, más triste…
Sicotrópico, banda barranquillera, se metió a hacer de El Caminante de Joe Arroyo (sí, aquella que dice “si alguna vez preguntan quién fue tu amante diles que fue un caminante que la vida trajo aquí”) una canción trip hop, sin visos de salsa, con una voz femenina que arrulla. Experimento que pudo haberles quedado muy mal (jugar con los grandes héroes de la música siempre es arriesgado) pero les quedó de lo más bien.
Así que ahí está para que la escuchen: www.myspace.com/sicotropico Como dije, es la misma... pero desnuda.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Carta a La Ameba

Apreciadísima Ameba:

Grata se me hace su visita por este humilde rincón de la red. Ya la extrañaba, os aseguro, pues siempre será preferible el agrio sabor del veneno que el insípido soplo del silencio. Oh, Ameba, inmarchitable amiga mía, debo confesar que soy tan cercano de las púas que no me molestan ni siquiera cuando las lanzan hacia mí. Así que sigue con tu oficio de puercoespín, mi paladín ponzoñosa, que es en la acidez de la crítica y no en el tibio comentario amiguero de donde se extraen las más vastas conclusiones.
No sabe cuánto quisiera que se acercara a mí y que hablásemos frente a frente, sobre todo después de los conciertos donde –como en los lanzamientos de los libros- todo parece delicia y son escasas las cabezas frías que sean capaces de lanzar un comentario objetivo.
La quisiera conocer, aún con su sucia manera de decir las cosas, porque en este mundillo del arte provinciano sobran las caricias al ego y escasean los puñetazos.
Ameba, no desfallezca. Sé que no gustas de Áluna y eso me encanta. Siempre me han parecido sospechosas las corrientes que atraen a todo el mundo. Pero más allá de esto, el que nos califiques como una banda mediocre y sin imagen me llena de ganas por seguir componiendo, bajo la esperanza de que algún día mi mente suelte una canción tan buena que llegue a gustarte. En otras palabras, mi cara amiga, tu crítica salada me levanta las ganas por mirar al frente, por ganar autonomía y no ser como ciertos parásitos intestinales que solo se alimentan de lo que otros producen, incapaces de sellar con voz propia su paso por la tierra.
Esperé pues que siga visitando este blog. Doy mi palabra que recibiré con brazos abiertos cada uno de sus mensajes.

Su fiel amigo,
El Purgante.